Hace un par de meses el desafío más fuerte fue hacerme cargo primero de mi, aceptando que si yo no estoy bien: muy probablemente nada a mi alrededor lo estaría.
Los meses de Marzo, Abril y Mayo elegí brindar muchos webinars, continuar con los procesos de coaching ejecutivo y de equipos que ya tenía y tomar muchos más nuevos. Mis días empezaban muy temprano y terminan muy noche.
Trabajé tanto, que me quedé sin energía para nada más. Y ése "nada más" implicó que mi paciencia se agotó, mi creatividad se esfumó, mi salud se deterioró, sobretodo por el nivel de estrés, angustia y desesperación de no saber cuando terminaría esto.
Los requerimientos y ritmos de otr@s me estresaban muchísimo, porque no eran los míos. De pronto me dí cuenta que lo que estaba fallando eran principalmente dos cosas:
1. Yo no estaba siendo asertiva para hacer peticiones y/o acuerdos sobre mis propios tiempos
2. Asumía que las demás personas estaban viendo mis circunstancias y no estaban siendo empátic@s
Agradezco infinitamente a las personas con quienes he trabajado de manera virtual especialmente y mi hijo ha decidido saludar, pedir un juguito, un snack y han sido increíblemente empátic@s.
Especialmente a un papá justo de un pequeño también de cuatro años quien se encontraba solo en casa con su hijo. Escuché un ruido raro en mi casa y mi primera reacción fue de asustarme por no saber qué estaba sucediendo. Le pedí dos minutos para ir a ver a mi hijo y su respuesta me encantó:
-"Te parece si hacemos un break de 5 minutos y los dos vemos a nuestros hijos"?
Llevo varias semanas en que he elegido enfocarme a lo que REALMENTE es importante en mi vida y ser congruente con mi tiempo, amor y dedicación a ello. Eso significa que hay cosas que hoy están en pausa, las he elegido conscientemente y eso significa que no siento culpa, porque hubo una decisión, un análisis que acompañó la elección.
Hoy me gustaría pedirte si eres mamá:
a) Que sueltes la idea de ser perfecta, de cumplir con absolutamente todo sola.
b) Busca tu propio ritmo, tus tiempos.
c) Pide la ayuda que necesites.
d) Haz comunidad: busca a ésas amigas/ mamás que te impulsan, te animan, te comparten sus alegrías y tristezas para crecer juntas.
Si eres compañer@ de una mamá:
a) Sé paciente
b) Ofrece tu ayuda
La pandemia nos ha regalado la gran oportunidad de transformar aquello que no estaba funcionando del todo y que no era tan evidente, la posibilidad de darnos cuenta para hacer algo al respecto. Deseo que cuando lo elijas lo transformes de manera amorosa y acompañada.
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